Fuente: EL CORREO GALLEGO
Fecha: 08-09-2007
Los trabajadores y usuarios del puerto de Ribeira están indignados por el lamentable abandono de las instalaciones en lo que al servicio de limpieza se refiere. Las grandes cantidades de residuos de todo tipo flotando por todos los rincones de la dársena, desbordando los insuficientes contenedores o esparcidas a lo largo del recinto es, lamentablemente, bastante habitual.
El gobierno local se desentiende del problema alegando que la limpieza del recinto es competencia de Portos de Galicia y que el Concello sólo limpia la explanada tras el mercadillo semanal de los sábados (una actividad que deja la dársena repleta de plásticos y cartones).
Por su parte, el jefe de celadores del puerto, Marcos Sampedro, dijo ayer que el problema no es tanto del servicio de limpieza (del que es responsable la concesionaria Ferroser), sino "de la actitud de los usuarios".
Sampedro dijo que la práctica totalidad de los residuos que acaban en la dársena son materiales ligeros que, al no ser depositados correctamente dentro de los contenedores, son arrastrados por el viento al agua.
"El viento del nordeste concentra la basura siempre en las mismas esquinas de la dársena, de forma que ya tenemos controlados los puntos y unos operarios de Ferroser la recogen desde tierra", dijo.
Antes lo hacía una embarcación de Portos (que desde hace ya varios meses no está operativa en Ribeira), pero Sampedro dice que "no es efectiva".
Marcos Sampedro añadió que un camión de Ferroser pasa dos veces al día (a las 06.30 y a las 12.30 horas) para recoger la basura, pero reconoció que "no se recicla", algo que, por otra parte, resulta más que evidente.
Los cartones, plásticos y maderas se amontonan por todo el recinto o a los pies de los contenedores hasta que el viento acaba llevándolos a la dársena.
"La empresa Ferroser se lleva las redes y los cartones (señala Sampedro) y, cuando se junta una cantidad lo suficientemente considerable, avisa a Finsa para que se las lleve", dijo.
Las conclusiones respecto a la situación actual son preocupantes: en el puerto de Ribeira no se recicla y se espera a que la basura se acumule en puntos estratégicos de la dársena para retirarla luego a mano.
Pero, a la lamentable situación del puerto contribuye de forma importante una situación que se repite una y otra vez cada sábado, día en el que se celebra el tradicional mercadillo semanal en la explanada del Malecón.
A pesar de las insistentes quejas, sigue fuera de todo control la gestión municipal de los residuos que genera esta actividad, debido fundamentalmente a la incívica conducta de los vendedores ambulantes, pero también a la falta de una respuesta contundente por parte del Ayuntamiento ribeirense.
Cada sábado, cuando la brigada municipal de limpieza llega a la zona para retirar los montículos de residuos que los vendedores ambulantes no han recogido como es preceptivo, la dársena ya está convertida en un verdadero basurero.
Por otra parte, los contenedores especiales para depositar los aceites de los barcos no sólo son escasos, sino que algunos están mal situados (en el borde del muelle) y suelen estar a rebosar, por lo que este tipo de residuos se acumulan a los pies de los recipientes.
La acumulación de la basura es visible a lo largo de todo el recinto portuario: está en las rampas, entre las embarcaciones, en las aceras y a los pies de los contenedores. Se trata de residuos de todo tipo: desde cajas (de plástico, de madera y de cartón) hasta latas y botellas, pasando por redes, tablas, vallas metálicas y hasta neumáticos, por no citar el olor que generan los desperdicios y piezas de pescado tirados en el suelo.